viernes, 11 de enero de 2013

historia


El florecimiento de las ciudades mayas en la selva Lacandona durante la época clásica (300-900 d.C.) es considerado como una de las mayores hazañas socioculturales de la historia de la humanidad. Fue en la época preclásica (1800 a.C.-300 d.C.) que se dieron, en tierras chiapanecas, los pasos que hicieron posible la transición paulatina de la cueva oscura al paraje luminoso, del grito inarticulado a la palabra sonora, de la recolección de frutas a la domesticación del maíz, del agrupamiento primitivo a la convivencia sofisticada, de la lengua hablada a la escritura glífica, de la picapiedra rudimentaria a la escultura refinada.
 
Mapa prehispánicoLas más recientes excavaciones arqueológicas surgieren que fue en la región costera del Soconusco donde nació la cultura más antigua de Mesoamérica: la mokaya. Alrededor de 1500 a.C. sus habitantes ya cultivaban el maíz, vivían en casas y producían alfarería. Fueron sus descendientes, hablantes de un mixezoque antiguo, los que se movieron más tarde hacia las llanuras del Golfo y dieron allí nacimiento a la cultura olmeca. En su camino transístmico se entretuvieron en el valle del río Grijalva y fundaron a orillas de éste una gran ciudad, cuyas ruinas aún pueden verse en la entrada de Chiapa de Corzo. Allí fue encontrado un pedazo de cerámica con la inscripción calendárica más antigua hasta hoy conocida: lleva la fecha de 36 a.C.; trescientos años más tarde, el pueblo maya, retomó todos estos adelantos y los llevó a su máxima perfección.
A la par de los innumerables e indudables hallazgos artísticos e intelectuales, se han descubierto también algunos problemas que parecen haber complicado la vida de los mayas antiguos: la creciente sobre explotación de los suelos selváticos, la rígida estratificación social, la exagerada exaltación del terruño, las incesantes incursiones bélicas en contra del vecino, el miedo a las enfermedades y hambrunas, y la amenaza de una catástrofe natural anunciadora del fin de su mundo. 

Cada uno de estos problemas ha sido sugerido por los estudiosos como la explicación del "colapso maya", es decir, el hundimiento sociopolítico y cultural de las ciudades selváticas al finalizar el siglo IX de nuestra era. Probablemente, fue una infeliz coyuntura de varios de estos elementos la que llevó a los mayas clásicos a la ruina. En su lugar surgió una sociedad que truncó los sueños de grandeza por una convivencia más modesta, preocupada principalmente por restablecer el respeto a la tierra sagrada y el trabajo milpero ejecutado en ella.
Corrieron así seis siglos (900-1500 d.C.) de vida campesina, sacudida de vez en cuando por la llegada de pueblos guerreros de otras latitudes que pasaron por Chiapas en su camino a Centroamérica: pipiles y putunes primero, chiapanecas y toltecas después. Los dos últimos llegaron para quedarse; los chiapanecas se establecieron físicamente en medio de poblaciones autóctonas zoques y mayas; los toltecas introdujeron parte de su cultura y su religión. Sobreviven dos vestigios de esta doble influencia: la ciudad Chiapan (hoy Chiapa de Corzo), construida por los chiapanecas intrusos sobre las ruinas de la antigua cabecera mixe-zoque, y los nombres nahuas dados por los toltecas a los poblados conquistados y gobernados por ellos. Muchas ciudades y pueblos de nuestro estado han conservado los nombres que les fueron impuestos en aquellos tiempos: TuxtlaComitánTapachulaOcosingo y Chiapa son sólo algunos ejemplos, en una nómina de más de 50.
Pero la herencia más valiosa que nos dejaron los toltecas en su paso por el sureste mexicano fue el recuerdo de un gobernante excepcional llamado Votan. Dice una venerable tradición que Votan hizo en Chiapas lo que Quetzalcóatl en Yucatán: unificó bajo una administración sabia y responsable a una población demasiado aislada y dividida. Ese plan de gobierno incluyó el respeto a la diversidad de lenguas y costumbres enraizadas en la población autóctona. Probablemente, en aquel tiempo nacieron las regiones que los conquistadores españoles conocieron y respetaron al llegar a estas tierras, en los años 1524-1528: los Altos, los Llanos, los Zoques, Chiapa, el Soconusco y el Lacandón. Posiblemente fueron formadas también, en aquel periodo, las comunidades que los españoles encontraron y congregaron en pueblos de indios. Debido a su buen gobierno, Votan fue elevado por sus súbditos agradecidos al rango de hombre dios. Sobrevivió en la memoria de las generaciones posteriores como "corazón y guardián del pueblo" y protector divino del tercer día del mes maya-tseltal.
Antecedentes Coloniales
Cuando los españoles llegaron en el siglo XVI a territorio estatal, se encontraron con pueblos de origen maya y otros que no lo eran, como los zoques y los chiapanecas. Todos fueron sometidos  entre 1524 y 1530. Sólo los lacandones resistieron hasta 1695, y con ello el actual territorio de Chiapas quedó completamente ocupado por europeos. Varios capitanes fueron los conquistadores de Chiapas: Luis Marín, Pedro Portocarrero, Diego de Mazariegos, Francisco Gil Zapata y Gonzalo Dávila.
A partir de 1528, con la fundación de la primera villa de españoles en el Valle de Jovel, se inicia el periodo colonial. Los indios fueron esclavizados, herrados como animales y sometidos al pago de tributo y al trabajo forzado. El contacto con los europeos trajo también enfermedades desconocidas por estos pueblos. Los soldados conquistadores se convierten en encomenderos. La población indígena desciende drásticamente por las epidemias y las recurrentes hambrunas.
La condición de los indios se convirtió en motivo de confrontación política e ideológica. Las órdenes religiosas, particularmente los dominicos, se convirtieron en defensores de la población aborigen. En 1542, en lo que podemos considerar un triunfo de fray Bartolomé de Las Casas, se decretan las leyes nuevas o de Barcelona, para limitar el poder de los encomenderos. Las órdenes ganan a partir de entonces mayor influencia en la población indígena. Se les autoriza la reducción y congregación de la población y el nombre de un santo antecede el nombre indígena del pueblo: San Juan Chamula, San Lorenzo Zinacantán, Santa Catarina, San Clemente Pochutla, entre otros.
Se inicia con ello el sometimiento religioso y la consolidación del sistema colonial. El sistema de encomiendas no resulta exitoso como empresa económica, por lo que desde el último cuarto del siglo XVI comienzan a surgir las haciendas. Con ello coincide un cambio en la política de las órdenes religiosas, en particular de los dominicos que serán a partir de entonces los principales hacendados en Chiapas.
El actual estado de Chiapas quedó dividido en dos provincias: Chiapa y Soconusco. La primera administrada por alcaldes mayores y la segunda por una gobernación autónoma. Dependía de ellos un buen número de funcionarios menores dedicados a cobrar el tributo, a administrar la justicia, a supervisar el cumplimiento de la legislación colonial, al repartimiento y muchas otras funciones.
En la economía ocurrieron igualmente transformaciones. Se introdujeron nuevos cultivos como la caña de azúcar, trigo, cebada, añil, que junto al maíz, algodón, cacao, frijol y otros fueron convirtiéndose en los pilares de la economía colonial. También se introdujeron nuevas técnicas de producción como la azada, el arado con punta metálica y la rotación de cultivos. Lo que fue verdaderamente notable fue la introducción del ganado bovino, caballar y ovino. Con ello mejoró la agricultura pues se pudo emplear el abono animal, además de su uso para el trabajo y el transporte. En periodos sucesivos, la economía colonial giró en torno del cacao, de la ganadería y del añil al finalizar la Colonia.
La condición física de Chiapas determinó en gran medida las tendencias económicas regionalmente. Habían regiones ganaderas, maiceras o de grandes plantaciones y daba la impresión de varias provincias en una sola, dado lo difícil y la escasez de las comunicaciones.
Otro elemento importante de esta etapa histórica es la población. A la indígena se integrarían los blancos, predominantemente españoles, quienes se concentraban en Ciudad Real y a lo largo de la colonia se fueron desplazando a otros pueblos como Comitán, Chiapa y Tuxtla. El mestizaje, prohibido por la legislación colonial, fue inevitable y a partir de la segunda mitad del siglo XVII su número creció, llegando a ser mayoritario en el siglo XIX. Pero además de indios y blancos fueron traídos a Chiapas esclavos negros de origen africano. Ya desde mediados del siglo XVI se había propuesto importar esclavos para disminuir la carga de los indios y para beneficio de la economía de los conquistadores. Así, los esclavos negros realizaban labores domésticas, corte de caña de azúcar y labores propias de la ganadería. Su número fue creciendo allí donde había que realizar los trabajos más pesados y donde la población indígena iba en disminución.
Se establecieron en Ciudad Real, en el valle de Jiquipilas (incluyendo por supuesto a Cintalapa), la Frailesca, Chiapa, San Bartolomé de los Llanos, Cuxtepeques y en la frontera con el estado de Tabasco. En la región del Soconusco, fueron dominantes en Tonalá, Pijijiapan, y su número llegó a ser importante en Mapastepec y otros pueblos de la provincia. La integración socio-racial de negros, indios y españoles daría fisonomía a la población chiapaneca, pero sobretodo a nivel cultural, el sincretismo sería todavía más notable diferenciando a unas regiones de otras. La herencia más notoria y trascendente de los africanos fue indudablemente la marimba, su música expresa la convivencia de dos culturas despojadas de su libertad: la india y la africana.
 
Acta de independencia de ComitánA finales de la Colonia, Chiapas entró en una crisis política y económica. La primera fue provocada por el cambio en la administración de las provincias; el sistema de alcaldías mayores fue sustituida por el de intendencias (por primera ocasión el Soconusco paso a formar parte de Chiapas) y generó inconformidad entre las élites gobernantes de aquel tiempo, pues el control que ejercían sobre la fuerza de trabajo de los indios disminuyó. En lo económico, el añil resintió la invención de colorantes sintéticos y la demanda externa descendió drásticamente. Por si fuera poco, comenzó a expresarse una inconformidad contra las autoridades de la Capitanía General de Guatemala, por el abandono en que mantenía a Chiapas.En efecto, Chiapas padecía, como consecuencia de la implantación del sistema colonial, un doble aislamiento: el de la capital de la Nueva España y de Guatemala; y el interno, motivado por las pocas comunicaciones entre aldeas, un tanto provocado por la situación geográfica, pero también por lo poco atractiva que resultaba la economía chiapaneca para los españoles.
Los notables de Chiapas buscaban afanosamente una salida exitosa a la crisis política y económica.

Proponían la creación de una diputación provincial más y crearon la Sociedad Económica de Amigos del País, por iniciativa de fray Matías de Córdova, quien ya pertenecía a la de Guatemala. Mientras tanto España vivía su propia crisis política y la Nueva España caminaba hacia su independencia.
Fue entonces cuando nació la idea de independizar a la provincia, tanto de Guatemala como de España. Los frailes Ignacio Barnoya y Matías de Córdova la promovieron en Comitán, donde se proclamó el 28 de agosto de 1821. En los días subsiguientes las otras ciudades proclamaron la propia, y así las doce delegaciones constituyeron un gobierno provisional, que comenzó los trámites para unirse al imperio mexicano de Iturbide. Después de la caída de este, la disolución del imperio y de una efímera vida independiente, los chiapanecos decidieron incorporarse a la República Mexicana. Para ello realizaron un plebiscito, que determinó la unión a México, lo cual se proclamó el 14 de septiembre de 1824.

No hay comentarios:

Publicar un comentario